La Estrella de la Muerte era una estación espacial inmensa. En total su personal rozaba el millón de personas. Además la gran cantidad de vehículos y demás carga creaba una serie de retos logísticos que nunca se habían dado en la historia de la Galaxia, teniendo en cuenta que era una estación en movimiento. Existían jardines hidropónicos, pero no eran suficientes para abastecer a todo el personal.

La bahías de atraque de la Estrella de la Muerte

La solución fue que la Estrella de la Muerte tuviera cientos de bahía de atraque de diferente tamaño repartidos por la estación. De esta forma el abastecimiento podía hacerse de forma rápida. Algunos de estas bahías eran enormes, para acoger a grandes cargueros o para recibir a dignatarios imperiales. El tamaño estándar de estas bahías era similar al de la Bahía de atraque 327, donde estuvo alojado el Halcón Milenario durante su paso en la estación.

Bahía de atraque 327

La Bahía de atraque 327 se encontraba en el ecuador de la Primera Estrella de la Muerte. Era una estructura hueca con diez puertas herméticas de acceso. Esta bahía era normalmente utilizada para operaciones de carga y descarga, siendo supervisada la operación en la sala de control. Esta oficina trataba con los diferentes departamentos de la estación, para aceptar o no ciertos cargamentos.

Desde esta sala conectaban los rayos tractores para dirigir cualquier nave y que se realizaba un atraque seguro. Para ello contaban con marcas en el suelo que ayudaban al alineamiento durante el proceso de aterrizaje. La entrada de la nave se hacía a través de una gran obertura protegida por un potente escudo magnético. Antes del aterrizaje se vaciaba la sala de atmósfera para levantar el escudo y que la nave pudiera acceder a ella.

Esta bahía no contaba con sensores de formas de vida, por lo que tuvo que rastrearse personalmente.

Frikipolitas, si os ha gustado el post, no os perdáis la próxima entrega del Blog, donde seguiremos pilotando por este gran y maravilloso universo de Star Wars.