Después de dos años de paz y estabilidad, Nueva República se enfrentó a su primera gran crisis de importancia, cuando el fantasma del Imperio reapareció. La crisis de la Flota Negra fue uno de las grandes pruebas a las que se sometió el nuevo sistema galáctico, poniendo a prueba su perdurabilidad.
Esta información procede de Leyendas
La Flota Negra Imperial
Tras la derrota de Endor, el Imperio se retiró para afrontar futuras batallas. Ocho años después de Endor, se le encomendó a la flota imperial del sector yevethano, en la Constelación de Koornacht, el sometimiento del planeta N’zoth y de todo el sector. Los yevetha era originarios de este sector, y habían sido sometidos por el Imperio. Pero esta especie xenófoba, obsesionada con la conservación de su especie, aprendieron mucho de sus captores. Tanto es así que finalmente consiguieron capturar al completo la Flota Negra Imperial. El botín consistía en subestaciones de reparaciones, numerosos destructores estelares, el el superdestructor Intimidador.
Tras doce años apartados, solicitaron iniciar conversaciones con el gobierno de la Nueva República. La jefa de Estado Leia Organa se entrevistó con el virrey yevethano, Nil Spaar, líder de la rebelión contra el Imperio en N’zoth. Sin embargo, las conversaciones no prosperaron, pues Spaar tenía otras intenciones. Todo lo que Leia reveló, fue utilizado para encontrar los puntos débiles de la Nueva República, a quien los yevethanos veían como enemigos a batir.
La agencia de espionaje de la Nueva República llamada Alpha Blue, dirigida por el Almirante Hiram Drayson, sospechaba de las intenciones de Spaar. Supieron que los yevethanos conservaban destructores estelares, pero para confirmar la información había que enviar sondas a la Constelación de Koornacht. Leia se negó, y preguntó abiertamente a Spaar sobre la veracidad de esta información. Este lo negó, afirmando que las naves fueron destruidas. Drayson contactó con el almirante de la Quinta Flota y mandó una nave de rastreo no armada. Nada más adentrarse en la Constelación de Koornacht, fue eliminada.
Al borde del conflicto
Spaar acusó a la Nueva República de una agresión e intento de invasión, cortando las conversaciones con Leia. Además, una nave yevethana chocó con los muelles cuando abandonaba Coruscant, y Spaar acusó de nuevo al gobierno republicano de manipulaciones y presiones. Cuando Spaar volvió a N’zoth a bordo del Intimidador, ahora rebautizado como Orgullo de Yevetha, Spaar autorizó la destrucción de todas las colonias no yevethanas en las Costelación Koornacht. Un genocidio como pocas veces ha visto la galaxia.
Las manipulaciones de Spaar en el Senado sembraron la debilidad, confusión y la ineficacia en el gobierno republicano. Pese a la insistencia de Leia, el Senado se negó a actuar en una matanza ya consumada en un territorio lejano, y además afirmando que la amenaza no era tal para la República. Leia hizo caso omiso, y dio un ultimátum a los yevethanos de liberar los mundos ocupados. Finalmente, en Doornik-319, la Flota de la Nueva República se enfrentó en combate a los yevethanos. El resultado fue desastroso para la Flota Republicana, pues los yevethanos usaron a los rehenes como escudos.
Mundos en guerra
El poder de Leia en Coruscant tambaleaba, agudizado por os traidores internos sobornados por Spaar. Leia mandó a Han Solo al frente de un gran contingente de ataque a la frontera, pero un traidor filtró el plan de vuelo, y Solo fue capturado. Spaar amenazó con su ejecución si Leia no desistía en su plan de ataque. Finalmente, la batalla final tuvo lugar en ILC-905, donde la Flota de la República destruyó los antiguos espacios orbitales imperiales, imprescindibles para el atraque y mantenimiento de los destructores imperiales. La Flota yevethana, confiada en poder superar a las fuerzas de la Nueva República, subestimo el poder de Leia y del gobierno galáctico.
La crisis unió a la Nueva República como nunca se había visto desde tiempos de la Rebelión. El resultado fue el apoyo unánime del Senado a Leia, quien rescató a Han Solo de la nave insignia, el Orgullo de Yevetha. Y tras esto, lanzó un ataque decisivo con Luke Skywalker al mando, apoyado por los fallanassi, una orden no violenta que usaba la Corriente Blanca, equivalente a la Fuerza, y oprimidos por los yavethanos. Con una ilusión de la Corriente Blanca, se les hizo creer que la República atacaba N’zoth. Fue entonces cuando los prisioneros imperiales consiguieron hacerse con el control de la Flota Negra, huyendo de la Constelación de Koornacht, y desaparecer. Las pocas naves restantes fueron neutralizadas y la crisis se había solucionado.
Frikipolitas, si os ha gustado el post, no os perdáis la próxima entrega del Blog, donde seguiremos pilotando por este gran y maravilloso universo de Star Wars.
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