El Infiltrador Sith de Darth Maul era una nave sigilosa, capaz de pasar desapercibida a cualquier sistema de sensores. Como era tradición entre los Señores Sith, estos equipaban a sus agentes con naves especializadas y modificadas para pasar desapercibidos. De esta manera planeaban sus acciones en secreto y les permitía moverse libremente por la galaxia pasando desapercibido.

El Infiltrador, una nave invisible

El Infiltrador Sith fue creado por Raith Sienar, una figura destacada de los negocios de la República, caracterizado por crear diseños poco ortodoxos. Así, diseñó el Infiltrador usando la base de una nave de correos adaptada. Le incorporó unas aletas radiador plegables, compartimentos secretos de carga, compensadores de aceleración y nodos de regulación de energía residual. Pero sobre todo destacaba su potente sistema de ocultación, aprovechado al máximo por Darth Maul. El sistema extendía un campo de invisibilidad a partir de cristales de estigio montados en el casco. La convertían en prácticamente invisible.

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Los sistemas básicos de la nave estaban automatizados, lo que permitía poder pilotarse por un único tripulante. Sin embargo, tenía espacia para al menos otros seis. Además de contar con espacio de carga para un trasporte terrestre, como el Aleta de Sangre, el velotrasporte sith de Maul. También algunos droides sonda, además de armas ligeras, minas, bombas, venenos y demás equipo mortal necesario.

Era una nave relativamente pequeña, contaba con 26,5 m. de longitud. Tres cuartas partes de su fuselaje estaban ocupados por contramedidas y equipo de ocultación. No era una nave de combate, aunque tenía cañones láser de ataque, era una nave destinada para el sigilo, una nave discreta con las armas ocultas para parecer desarmada.

Maul a la caza de la Reina de Naboo

Durante la crisis de la ocupación de Naboo, Darth Maul viajó de Coruscant a Naboo para rastrear y dar con el paradero de la reina de Naboo. Su objetivo era acabar con los guardias jedi, y llevar a la Reina de nuevo a su planeta para que firmara el tratado que legalizaría la invasión de la Federación de Comercio. Rastreando la huida de la Reina en el Nubian 327-J, viajó hasta Tatooine donde dio con los jedi. Aunque fracasó en detenerlos. Mas tarde, viajó de nuevo hasta Naboo cuando la Reina volvió al planeta para enfrentarse a los jedi. Todos estos viajes los hizo totalmente de incognito, sin que ninguna otra nave lo detectara ni supiera siquiera de su existencia.

Durante la Era Imperial, fue uno de los principales proveedores de naves para el Imperio, concretamente de los cazas TIE.

Frikipolitas, si os ha gustado el post, no os perdáis la próxima entrega del Blog, donde seguiremos pilotando por este gran y maravilloso universo de Star Wars.